La versión 2015 de la norma ISO 9001 incorpora el enfoque basado en riesgos como elemento central del sistema de gestión de la calidad. Este principio permite a las empresas identificar, evaluar y controlar los riesgos y oportunidades que pueden afectar la conformidad de los productos o servicios y la satisfacción del cliente. Para ello, se aplican diferentes metodologías de análisis, como el AMFE (Análisis Modal de Fallos y Efectos), el análisis causa-raíz o la matriz de probabilidad e impacto, que ayudan a priorizar acciones preventivas y fortalecer la eficacia y resiliencia del sistema de gestión.
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