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Movilizar el cambio a través del liderazgo directivo en Centros Educativos

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Los cambios suponen un estado permanente de reflexión y maleabilidadLa adaptación y actualización en un mundo cambiante como en el que vivimos exige un importante ejercicio de flexibilidad casi camaleónica. Los centros educativos constituyen un fiel reflejo del pulso social que demanda respuestas ajustadas a la realidad imperante y los nuevos retos ponen a prueba, día a día, al conjunto de profesionales en el campo educativo. Los esquemas de trabajo, metodologías, instrumental y «buenas prácticas» deben estar sometidas a revisión constante para redefinir líneas de actuación al hilo de este tercer milenio.

Los cambios suponen un estado permanente de reflexión y maleabilidad que requieren de esa modificación cualitativa en la concepción de la figura del educador. Esta nueva percepción sobre la visión de la institución educativa debe tener su concreción en la realidad. Es por esta razón que la responsabilidad, protagonismo y sentido de liderazgo de los equipos directivos se impone con rotundidad.

Los equipos directivos de los centros educativos tienen la obligación social, moral y profesional de liderar ese cambio. Para ello han de subirse al tren del cambio en el paradigma en la gestión de su organización, buscando alinear la toma de decisiones  en coherencia con  la Misión y Visión concretadas en su proyecto educativo del centro.

Esta aceptación responsable de los nuevos retos para ejercer el necesario liderazgo en el cambio exige cambios en los siguientes niveles:

  • Comprender y aceptar la necesidad del cambio y nuevos rumbos en la dirección y gestión del centro educativo. No se pueden seguir utilizando herramientas ya obsoletas de hace 25 años. El competitivo mundo de la industria lo tiene muy claro, está aplicando la investigación e innovación constantes para esa adaptación. En el mundo de los automóviles – por ejemplo – ya se  experimenta y se mejora con motores eléctricos, híbridos, con motores de hidrógeno,  de aire comprimido, sistemas de seguridad, conducción inteligente etc.
  • Los nuevos retos para ejercer el necesario liderazgo en el cambio exige cambiosReconocer que el verdadero activo de toda organización es su capital intelectual: las habilidades y el conocimiento de su personal, la comunicación transparente, etc.  Así, empresas como Motorola, Hewlett Packard, Rank Xerox, Siemens, Samsung, Nokia… tienen muy claro que  hoy en día hay que impulsar ese conocimiento para conseguir ventajas verdaderamente competitivas y sostenibles a largo plazo. En este orden de cosas  hay un factor común que afecta a  dichas organizaciones y es la importancia de ayudar a las personas para la  adaptación a los cambios. Hay una necesidad de aprendizaje y adaptación continuos que  favorece la supervivencia. Quienes se resisten al cambio tienden a la  desaparición. En este contexto solo sobreviven  aquellas organizaciones cuyo potencial humano es capaz de  adaptarse a los cambios. El 70% – 80%  de lo estudiado tiene una vida útil de unos10 años, y hay sectores, como las telecomunicaciones en las que no se llega a los 5 años. De ahí que no es aceptable que las Universidades todavía tengan planes de estudio con contenidos de más de 5 años.
  • Se debe aceptar que no hay recetas mágicas para una gestión eficaz y eficiente del centro educativo. La gestión de procesos es una responsabilidad compartida y el trabajo cooperativo constituye un imperativo incuestionable.
  • Olvidar algunos tabúes habituales  y creencias obsoletas que se tienen sobre la gestión y dirección del centro educativo.
  • Utilizar y poner en práctica el pensamiento estratégico: si no sabemos hacia donde vamos, da lo mismo el camino que cojamos. Para ello, el equipo directivo debe conocer la Visión del centro y comunicarla de forma clara a toda la organización a través de una planificación al efecto de  que se comprenda y se sepa hacia dónde se enfocan sus esfuerzos.
  • No tener miedo al feedback  clave en la organización, ni tampoco a la evaluación de los procesos, de los resultados, de su  liderazgo…
  • Un directivo no es un líder por el mero hecho de haber participado en  un curso de liderazgo. Los recursos humanos son el mayor potencial en la organización. Debe contarse con todos y cada uno de sus miembros favoreciendo las iniciativas, reconociendo aportaciones y reconduciendo actitudes y acciones en torno a un proyecto común y compartido. En este sentido es importante  articular mecanismos para incentivar al personal comprometido.

La mejora en la gestión de una organización y consecuentemente en sus resultados, supone un trabajo permanente que no se da por arte de magia. Un directivo no es un líder por el mero hecho de haber participado en  un curso de liderazgo. Un auténtico líder es quien se gana día a día la consideración y valoración positiva de las personas que tienen relación con su organización.

En esa seriedad, competencia, compromiso, dedicación, y ejemplaridad se encontrarían algunas claves para el éxito y la excelencia de una organización educativa.

Ernest Castelló

Evaluador y licenciatario acreditado EFQM

Auditor jefe ISO 9001

Experto en CMI-BSC para centros educativos

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